
Los camaleones, como todo ser vivo, deben ser tratados y cuidados adecuadamente. Muchas veces, por desconocimiento o imprudencia adquirimos animales a los que no vamos a poder atender de forma correcta. A diferencia de otros reptiles, los camaleones solo aceptan como alimento presas vivas. Este punto debe ser tenido muy en cuenta a la hora de adquirir un ejemplar. Si no puedes tener alimento vivo constantemente, deberías decantarte por otra especie de reptil, animal o afición.

La importancia del terrario
Estos animales son territoriales en mayor o menor medida, pero territoriales al fin y al cabo. Esto implica que deberemos tenerlos en terrarios individuales y sólo en algunas ocasiones es posible tener un macho con una o dos hembras. Puede que debido al carácter de algunos especímenes, se den excepciones, pero son muy raras.

Elegir una especie
Entrando en ciertos grupos de camaleones, hay que destacar la dificultad añadida que entraña el mantenimiento, por ejemplo, de los camaleones de montaña. Éstos necesitan caídas de temperatura nocturnas imposibles de reproducir en un piso o apartamento. En su medio la temperatura puede rondar los 5 -10 ºC (o menos) por la noche y raramente supera los 25 ºC de día.

Las dos especies que con mayor frecuencia se crían en cautividad son los Chamaeleo calyptratus y Furcifer pardalis. Ambas especies son relativamente fáciles de mantener y son de las más espectaculares, por lo que buscar otras especies sólo complica las cosas, haciendo que lo que podría ser una experiencia y afición maravillosa, termine en impotencia, frustración y con la vida de un maravilloso animal.
Comprar en un sitio con garantías
En algunas tiendas de animales se ofrecen camaleones, cogidos de la naturaleza o criados en 'granjas' en semilibertad. Estas instalaciones normalmente son zonas salvajes acotadas mediante mallas o similares para proteger a los camaleones de depredadores, mantener grupos aislados y evitar las capturas directamente del hábitat natural. Los animales provenientes de estas 'granjas' suelen portar parásitos internos, además de llegar tremendamenteestresados a las tiendas.
Por supuesto, hay excepciones y, en ocasiones, camaleones de granja o incluso capturados en un entorno salvaje se han adaptado perfectamente a la cautividad, pero se trata de casos aislados. No hay nada más descorazonador que ver cómo se va deteriorando poco a poco la salud de nuestro reptil y saber que no podemos hacer nada por él.
Podemos reducir al máximo estas posibilidades si adquirimos camaleones criados en cautividad. Estos ejemplares han nacido con supervisión y generalmente llevan varias generaciones gestándose de forma controlada. Estánacos tumbrados a la presencia humana y no añoran los espacios abiertos. No suelen tener parásitos y no padecen largos días de transporte y almacenaje.
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