
Pantherophis guttatus es un colúbrido robusto, fuerte, estilizado, con una cabeza pequeña y un cuerpo preparado para la adaptación a su hábitat en los bosques, pinares y laderas rocosas del sudeste de Estados Unidos, de donde son originarias. Sus medidas normales son de unos 120 cm., llegando incluso a medir entre 150 y 180 cm.
Hasta hace algunos años era imposible concebir a las serpientes como animales domésticos. Hoy, después de esos tiempos remotos donde se consideraban animales venidos de otros lugares extraños para hacer el mal al hombre, los consideramos nuestros amigos porque, por ejemplo, nos protegen de grandes plagas de roedores que no somos capaces de dominar.
Con una coloración que va del rojo claro al naranja y del marrón al anaranjado, dependiendo de la región de donde proceda, presenta manchas cuadradas que recuerdan una silla de montar bordeada por una línea negra. Esta línea se aprecia en función del ejemplar y su tonalidad de fondo. Su parte ventral es blanca, pero pasa al color crema con negro como un tablero de ajedrez. Hoy en día, los criaderos, a través de su fácil reproducción, han llegado a la conclusión de que existen ejemplares que nos hacen pensar que estas serpientes, por su color, provienen de la serpiente del maíz (Elaphe Guttata).
Cuidados imprescindibles

Como sustrato utilizaremos corteza, virutas y césped artificial. Hay criadores que suele emplear papel por su fácil limpieza, pero habrá que proporcionarles un escondrijo y ramas para trepar, pues les gusta pasear por el terrario y pasar horas empalomándose en ellas para su descanso. El agua la mantendremos siempre controlada en su renovación, pues les encanta refrescarse y acostumbran a defecar en ella.
Una dieta variada

Además, habrá que tener cuidado cuando comience la muda porque, si utilizamos roedores vivos, no comerá y podría ser mordida por éstos. En ese momento, se suelen adaptar a comer animales muertos y descongelados, pero no hay que olvidar que no es muy recomendado por la pérdida de aporte vitamínico que supone, además de dejar a un lado su instinto animal. También sería aconsejable montar una instalación de crianza de ratones, pues el mercado no tendrá siempre una presa proporcional al tamaño de la serpiente.
Datos sobre la reproducción

En el mes de abril, cuando ya estén preparados, llevaremos a la hembra al terrario del macho. En ese momento empezará el cortejo, puesto que veremos al macho con pequeñas convulsiones encima de la hembra y con movimientos en su cola hasta llegar a la cópula después de varias horas.
Cada uno se marchará por sitios diferentes, así que cogeremos a la hembra y la llevaremos a su terrario para repetir la operación al día siguiente o dentro de dos días, hasta que la hembra empiece a rechazar al macho en las próximas semanas. Seguiremos alimentándolos como de costumbre, hasta el momento en que la hembra pierda apetito y comience a engordar.
Transcurridos 60 días, comenzará el desove, por lo que el nido ya tiene que estar preparado. Se trata de un pequeño contenedor con vermiculita húmeda que insertaremos dentro del terrario. En este lugar, la hembra pondrá sus huevos, cuya cantidad oscilará entre cinco y treinta, dependiendo del tamaño de la serpiente. Una vez terminada la puesta, se retirarán los huevos para llevarlos a la incubadora, donde se mantendrán con una buena humedad y a 28º C de temperatura para que las crías nazcan sin problemas transcurridos 60 días, aproximadamente.
El problema de los parásitos

Los endoparásitos se catalogan en amebas, coccidios, cestodos, trematodos, nematodos, etc. Son aquellos que viven dentro de las serpientes y son imposibles de detectar, a no ser que lo hagamos a través de los síntomas, que son, sobre todo, escaso apetito, regurgitaciones y heces malolientes. Una vez nos percatemos de esta situación, conviene visitar al especialista para que, a través de unos análisis, nos informe de qué tipo de endoparásito se trata y cuál es el tratamiento adecuado, indicándonos al mismo tiempo las instrucciones.
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