
Una de las mascotas preferidas por niños y mayores es la tortuga de tierra. Se trata de un simpático animal cuyos cuidados no suponen un gran esfuerzo. Tener tortugas en casa resulta positivo para la educación de los niños que, entre otras cosas, aprenderán a adquirir ciertas responsabilidades como encargarse de su alimentación o del mantenimiento de su habitáculo.
Cuida a tu tortuga
Los conocimientos sobre las tortugas de tierra han avanzado mucho. Por ello, ya no es suficiente con abandonar al animal en el jardín y dejarlo a su albedrío. Estos reptiles merecen todo tipo de atenciones y son unos animales de compañía muy interesantes. Así, se puede ofrecer a una tortuga las mismas atenciones que a cualquier otro animal doméstico: alojamiento conforme a sus necesidades, alimentación nutriente y posibilidades de reproducción.

Alojamiento y temperatura
Se ha de tener en cuenta que el alojamiento es uno de los aspectos más importantes a considerar a la hora de convertir a una tortuga en mascota. Los terrarios (recipientes con tierra) se tienen que amoldar a la cantidad y el tamaño de los animales que van a albergar.
Al igual que el resto de los reptiles, las tortugas no tienen una temperatura interna constante. Por esto necesitan de fuentes externas de calor. Basta con unas lámparas infrarrojas, que permiten el calentamiento del terrario y de la tortuga sin elevar la temperatura ambiente. A pesar de todo, esto no es suficiente puesto que, de vez en cuando, hay que permitir que la tortuga reciba directamente los rayos del sol que van a optimizar la producción de vitamina D, saludable para su piel.
Por otro lado, es conveniente colocar en algún lugar del terrario un refugio y un recipiente. El primero sirve para que las tortugas puedan resguardarse ante los cambios de temperatura y para que pasen retiradas su hibernación en otoño. El recipiente, por su parte, sirve para adecuar el grado de humedad.
Cómo alimentarlas

Si se pretende que las tortugas se reproduzcan, hay que esperar a la primavera. Es en esta época del año cuando los machos pelean por lograr una hembra. Una vez fecundada, ésta excava rápidamente un hoyo en la tierra y deposita en él de seis a diez huevos. Tras dos meses, nacerán lindas tortuguitas.
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