En España apenas quedan 4.000 parejas de aguilucho cenizo. Muchas cosechadoras se "tragan" los polluelos en la recogida de cereal o al ser envenedados por el uso masivo de pesticidas de las cosechas. Si se salva un nido la pareja reproductora tiene muchas posibilidades de volver a emparejarse y anidar en el mismo espacio la siguiente temporada. La colaboración de los agricultores españoles es fundamental en la lucha por la supervivencia de las rapaces. El hombre es el que ha invadido su ecosistema y es también quien tiene en su mano que esta especie no se extinga.
Hay ONG que se dedican a la defensa y conservación del medio ambiente como GREFA. Uno de sus pilares fundamentales esel Hospital de Fauna Salvaje, un centro de recuperación de animalesdonde los naturalistas trabajan en proyectos para proteger a especies que habitualmente no vemos o que podemos encontrar por el campo. Son los ángeles de la guardia de estas especies en peligro como el agilucho cenizo.
El aguilucho cenizo tiene la arriesgada costumbre de anidar siempre en cultivos de secano (trigo, cebada..). El peligro se da si cosechan antes de que esos pollos se hayan desarrollado y puedan volar, ya que si el cosechar no está involucrado o no se le avisa la máquina cosechadora puede pasar por encima y acabar con la vida de estas aves en la recogida de cereal.
En el rescate del aguilucho cenizo se sigue al macho para averiguar donde se encuentra la hembra, y una vez localizada la hembra tienes localizado el nido se puede ver si esos pollos corren riesgo porque se acerca la cosecha y necesitan ser rescatarlos. Si los pollos están bastante emplumados y en buen estado el equipo coloca unas varas de señalización para que el agricultor tenga una referencia de donde se encuentra visualmente el nido de aguiluchos. Estas marcas en los nidos servirán para salvar la vida a los pollos de aguilucho cenizo.
Los pollitos de aguilucho rescatados de los nidos en las cosechas se llevan al centro de recuperación. Una vez rescatados se activa un protocolo de ayuda, pasan a enfermeria y allí se realiza una primera revisión para ver que están bien nutridos e hidratados, y se les hace una exploración de articulaciones. Cuando se confirma que los pollos se desarrollan adecuadamente, antes de que empiecen a volar, se les traslada a una estación de alimentación controlada donde van a estar un tiempo estabilizados y vigilados de cerca, se les da de comer sin que vean al hombre para que mantengan el espíritu salvaje. Se dejan en esa instalación y cuando estén preparados volarán y se marcharán.
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